Vox tiene este interesante vídeo-documental acerca de la relación entre el calentamiento global –especialmente en el Ártico– y los cambios meterológicos que se están sufriendo en todas partes del mundo. Esto se traduce en situaciones tanto de calor extremo como de frío extremo, lo cual puede resultar un tanto confuso llamándose el fenómeno «calentamiento». De hecho a veces es usado medio en broma, medio en serio como negación de que lo que sucede es que haya «calentamiento».
Para empezar recordemos que el término correcto del fenómeno es calentamiento global, mejor que «cambio climático» pues el segundo es un término más bien buenrollista y políticamente light con el que algunas administraciones y políticos han intentado «quitarle hierro al asunto» – y que además puede usarse para cualquier tipo de cambio en general.
Según explica el vídeo el calentamiento global en el Ártico hace que el deshielo afecte a las grandes zonas de hielo, que actualmente ya se calientan de forma extrema. También se desprenden glaciares, se derriten los icebergs y desaparecen zonas del permafrost del Norte, apareciendo problemas nunca antes experimentados. Al desaparecer el hielo el paisaje cambia de blanco a colores oscuros, que absorben más luz y más calor –un círculo vicioso– calentándose aun más.
Finalmente ese calentamiento también ha modificado la corriente de chorro del Ártico. Normalmente separa el aire frío del norte con el aire cálido del ecuador y los trópicos. Al modificarse ese aire cálido tiende a irse a las zonas de aire frío (porque ocupa más espacio), calentándolo aún más. Pero sobre todo hace que la zona de la corriente de chorro sea más curva y con subeybajas. Eso se traduce en enormes cantidades de aire a temperaturas extremas en movimiento, en zonas en las que normalmente no deberían estar. De ahí las olas de frío extremo que provienen del norte y las tormentas, huracanes, inundaciones y sequías que se producen de forma desigual en muchas zonas del planeta.
Aunque pueda parecer paradójico efectivamente que el Ártico se caliente puede hacer que la corriente de chorro se modifique y baje un chorrazo de aire polar a Europa, como sucedió hace algunas semanas. Cosas como que en Roma nevera y Venecia se congelera y dos semanas después estén a 25 grados con tormenta de polvo del Sáhara. Ayer en Londres vi personalmente a gente bañándose alegremente en la piscina a las 7 de la mañana, porque esta semana se marcaron 28 grados que es la temperatura más alta de Abril en los últimos 70 años.
En resumen: este inverno en el polo norte se estaba comparativamente «calentito» mientras que en Europa hacía más frío: ha habido ciudades del viejo continente y zonas de Siberia a 40 o 50 grados bajo cero. Calentamiento sí, pero eso no solo implica veranos de 50 grados (que los tendremos) sino también inviernos a 50 bajo cero.
Este vídeo es el segundo de tres sobre el tema que está publicando Vox en forma de serie.
- What melting sea ice means for life in the Arctic
- How a warmer Arctic could intensify extreme weather
Las imágenes y secuencias son de la película Into the Dark que también tiene pinta de muy interesante y que está dedicada a las historias y la vida cotidiana de los científicos que van de expedición al Ártico.
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