¿Buscas películas de dibujos animados para ver con tus hijos e hijas, pero ya no soportas las producciones Disney? ¿Los tópicos de sus films amenazan tu sistema nervioso… y circulatorio, lleno de sangre roja y con el corazón a la izquierda? ¿Y si escuchas otra vez una canción de “Frozen”, piensas directamente en cortarte las venas? Tranquilo, hay más como tú. Por suerte, la animación no acaba con Walt Disney, y te ofrecemos una lista con las 15 mejores películas de dibujos animados que NO son de Disney. Porque, como diría Porco Rosso, “prefiero ser un cerdo a ser un fascista”.
1 / “Porco Rosso”: la maravilla aérea del genio japonés de los dibujos animados
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es de Hayao Miyazaki, el mismo que ganó el Oscar de mejor película de animación con “El viaje de Chihiro” (tan conocida que no necesita ser defendida en ninguna lista). Porque en “Porco Rosso”, además del valiente piloto protagonista, hay una chica ingeniera más lista que todos los demás personajes juntos. Porque sus exóticos paisajes dan ganas de irse a vivir allí (como la guarida del héroe, inspirada en la impresionante playa croata de Stiniva). Y porque esta película tiene poesía y aventura de altos vuelos: honor entre pilotos, emocionantes batallas aéreas, un amor imposible y un héroe solitario que recuerda al mejor Humphrey Bogart. En versión porcina, claro.
LA FRASE: tan buena que encabeza este artículo. La pronuncia el propio Porco Rosso, cuando otro de los personajes intenta convencerle de que cambie de bando. El film transcurre en un idealizado Mar Adriático, entre Italia y la antigua Yugoslavia, y en una Primera Guerra Mundial todavía más idealizada. Y con el auge del fascismo como telón de fondo, cuando a Porco le proponen cambiar de chaqueta, él dice… bueno, mejor vedlo vosotros mismos:
2 / “Wolfwalkers”: larga vida a las películas de dibujos animados en 2 dimensiones
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es de Tomm Moore, otro genio de los dibujos animados que ha hecho de la animación en 2D una de sus señas de identidad. Porque está nominada al Oscar de mejor película de animación en los premios de la Academia de 2021. Porque, como anteriores trabajos de Tomm Moore, recoge todo el folklore y las tradiciones celtas paganas. Y porque, bajo su aspecto de fábula naturalista, es una metáfora sobre el colonialismo, físico y cultural (y en particular, el de Inglaterra sobre Irlanda).
EL ESTILO: cuando casi todas las películas de dibujos animados se hacen ya en 3D, Tomm Moore mantiene un (bellísimo) estilo tradicional… sin renunciar a las nuevas tecnologías. Así, los planos subjetivos de los “Wolfwalkers” fueron recreados primero en 3D y redibujados a mano a partir de esas recreaciones. Esa técnica les otorga una textura especial, diferente al resto del film, sin renunciar por ello al principio rector de las 2 dimensiones. Se mire como se mire, “Wolfwalkers” acaba siendo una gozada para los sentidos. Una película original de Apple TV+.
3 / “Mi vecino Totoro”: dibujos animados con niños, sobre niños y para niños
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque, sin ser la primera película de Miyazaki ni de su ya mítico Estudio Ghibli, sí es la más redonda y representativa de esa productora (por algo Totoro ha acabado siendo el símbolo de Ghibli). Porque renuncia a la estrategia de meter chistes para adultos (tan propia de Pixar y de Dreamworks); “Mi vecino Totoro” es lo contrario, es de niños y para niños, y recrea a la perfección esa perspectiva infantil en que la realidad y la magia se confunden hasta ser la misma cosa. Porque aún así, en su aparente simplicidad, cada visionado de “Mi vecino Totoro” descubre nuevas capas de lectura. Y claro está, porque tiene un Gatobús.
EL HOMENAJE: por lo visto, el mayor fan en Occidente de Miyazaki, de Ghibli y de “Totoro” no es otro que John Lasseter, fundador y antiguo presidente de Pixar Animation. Es por eso que en “Toy Story 3”, entre los juguetes de la pequeña Bonnie (la niña que acoge al vaquero Woody cuando éste logra escapar de la guardería Sunny Side), hay nada menos que un muñeco de Totoro. Sin líneas de diálogo pero bien visible en la pantalla. Y por supuesto, del lado de los buenos. Como no podía ser de otro modo.
4 / “El gigante de hierro”: la película que emocionó a Steven Spielberg
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque, a pesar de su extraordinaria calidad, nadie la vio en su momento. Costó más de 70 millones de dólares, recaudó sólo 25, y el gran público la ignoró… mientras iba en masa a ver “El sexto sentido” y el “Tarzán” de Disney. El tiempo le ha hecho justicia, y el mismísimo Steven Spielberg, que tantas veces nos ha emocionado, afirma que ninguna película le emociona tanto como “El gigante de hierro” (por eso el Gigante del título aparece como estrella invitada en “Ready Player One”, del propio Spielberg). Y el tiempo, también, ha puesto en el lugar que merece al magnífico director de “El gigante de hierro”.
EL DIRECTOR: se llama Brad Bird, nació en Montana en 1957, y es tan bueno que tras “El gigante de hierro” fue fichado para Pixar por el propio John Lasseter. Allí Bird ha dirigido “Ratatouille” y las dos entregas de “Los Increíbles”. Pero “El gigante de hierro” sigue siendo la mejor de sus películas de dibujos animados. Inspirada, por cierto, en la trágica muerte de su hermana, por disparo de arma de fuego. Enfrentado al duelo, Brad Bird se preguntó: ¿qué pasaría si una pistola tuviera alma y no quisiera ser disparada? ¿Qué pasaría si un arma no quisiera ser un arma? Éso es “El gigante de hierro”.
5 / “El niño y la bestia”: animación japonesa más allá de Ghibli y Miyazaki
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque no sólo de Hayao Miyazaki vive el hombre (japonés). Porque Mamoru Hosoda es otro maestro de las películas de dibujos animados, eclipsado por Miyazaki pero con grandes éxitos en Japón, como “El niño y la bestia”. Y porque este film muestra, entre otras cosas, que aprender es difícil. En la narrativa occidental, a menudo el héroe es un “elegido” del destino: nace ya con todas sus virtudes y sólo tiene que “despertarlas” (el Rey Arturo, Luke Skywalker, Neo de “Matrix”, Harry Potter o hasta Jesucristo). Pero la vida no es así, y “El niño y la bestia” tampoco. Sólo con esfuerzo se mejora, y no es malo que los niños lo sepan.
LA REFERENCIA: el niño protagonista lee “Moby Dick” (lo que jugará un papel esencial en la trama), y en cierta escena aparece una gran ballena blanca. Pero es que, además, esa misma escena transcurre en el barrio de Shibuya (quizá el más mediático de Tokyo, donde está el cruce que aparece en “Lost in Translation”) y en él vemos tiendas y locales con nombres de verdaderos comercios, como Bershka, Burger King… o Starbucks. Que además de ser una popular cadena de cafeterías, es también el nombre del contramaestre del Pequod: el barco ballenero donde transcurre la acción de “Moby Dick”. No hay referencias casuales en “El niño y la bestia”.
6 / “Phantom Boy”: los héroes pueden estar en todas partes
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque las películas de dibujos animados pueden tener estéticas muy diferentes a Disney, y los franceses Felicioli y Gagnol lo demuestran. Porque son los autores de “Un gato en París”, nominada al Oscar de mejor película de animación (y que bien podría estar en esta lista). Y porque el héroe de “Phantom Boy” es un niño postrado en silla de ruedas e ingresado en un hospital. Pero sus poderes (¿o su imaginación?) le permiten volar desde su silla mientras duerme y luchar contra el mal. El cine puede ser la excusa perfecta para hablar con tus hijos de según qué temas. Y desde ese punto de vista, “Phantom Boy” es toda una oportunidad.
OTRAS OPORTUNIDADES: si “Phantom Boy” puede servir para hablar con los tuyos de enfermedades infantiles, “Héroes humildes” (2018) visibiliza los problemas y dificultades de los niños con alergias, “La vida de Calabacín” (2016) pone ante los ojos las infancias truncadas de quienes han nacido entre dificultades, y “La tumba de las luciérnagas” (1988) o “El pan de la guerra” demuestran que la guerra, la de verdad, no es precisamente un lugar de héroes y aventuras. Si te estás planteando hablar con tus hijos de según qué temas y no sabes cómo dar pie a la conversación, estas películas te pueden ayudar. Y de las aquí mencionadas, “Phantom Boy” es la más inofensiva.
7 / “Las aventuras de Tintín”: los más grandes al servicio del más grande
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es casi imposible reunir más talento en un solo film. Dirige Steven Spielberg, produce “El Señor de los Anillos” Peter Jackson, la música es de John Williams, los guionistas son Edgar Wright y Joe Cornish, en el reparto original (de voces y de captura de movimientos) están Daniel Craig, Jamie Bell, Andy Serkis, el dúo Simon Pegg – Nick Frost… Sin olvidar los nombres de Georges Remi “Hergé”, y del propio Tintín. ¿Que algunos de sus cómics no han envejecido bien? Olvídate de “Tintín en el Congo” y relee “El secreto del Unicornio”. Su adaptación al cine hace justicia a todo lo que Tintín ha sido en la infancia de muchos.
EL MOMENTO: la introducción del personaje principal. En un mercadillo, un caricaturista está dibujando el rostro de cierto reportero con tupé. Sobre el papel vemos al Tintín de “Hergé”; la cámara se mueve y descubrimos, mirando su propia caricatura, al Tintín de Spielberg. Pero para momentos, el de Spielberg descubriendo a Tintín. Fue tras el estreno de “En busca del arca perdida” (1981): un crítico francés comparó a Indiana Jones con Tintín, y Spielberg, que no conocía al personaje de “Hergé”, pidió a su secretaria que le consiguiera algunos de sus cómics. Se los trajeron en francés y no entendió nada del texto. No importaba: sólo con los dibujos y su narrativa visual, Spielberg se convirtió para siempre en tintinófilo.
8 / “Fantástico Sr. Fox”: los fantásticos señores Anderson y Dahl
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque se basa en un libro de Roald Dahl, el genial autor infantil en cuyas obras se basaron también “Matilda” o “Charlie y la fábrica de chocolate”, entre otros films. Porque dirige Wes Anderson, estilizadísimo cineasta independiente (“El gran hotel Budapest”) que aplica aquí todo su talento (y estética) al cine infantil. Porque el libro de Roald Dahl fue el primero que tuvo Wes Anderson, con 7 años de edad. Y porque de todas las películas de dibujos animados, ninguna tiene tantos tacos como ésta.
LOS TACOS: que quede claro que no se escucha ni una sola “palabrota” en todo el film. Pero en esos momentos en que casi todos diríamos alguna, los personajes de “Fantástico Sr. Fox” pronuncian la palabra “taco” (“cuss”, en la versión original en inglés). El resultado es una taco risa, con momentos tacomente divertidos. Y por supuesto, visualmente el film es una taco maravilla, con el taco “look” del taco Wes Anderson haciendo que todos los planos sean tacomente bellos. Es verdad que, en sentido estricto, no es una película de dibujos animados… pero la animación de muñecos fotograma a fotograma también es animación, ¡taco! Como ejemplo, la siguiente escena. Es taconuda.
9 / “Mr. Link. El origen perdido”: Disney, Pixar, Ghibli… y Laika
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es de Estudios Laika, que también trabaja con muñecos animados fotograma a fotograma. Pero no sería justo hablar de películas de dibujos animados sin mencionar el estudio de donde han salido “Los mundos de Coraline” (más para preadolescentes que para niños) o “Kubo y las dos cuerdas mágicas”, además de “Mr. Link”. De hecho, “Kubo” es superior a “Link” en animación, pero “Link” supera a sus antecesoras en guión, en equilibrio entre humor y mensaje.
EL MENSAJE: no importa tu origen. Importa lo que haces, porque lo que haces define quién eres. Ni tus antepasados, ni tus apellidos, ni tu linaje. La ironía es que el productor de “Mr. Link” y cofundador de Laika es Travis Knight, hijo de Phil Knight: multimillonario cofundador de Nike. ¿Podría Travis haber adquirido su formación y moldeado su talento, sin los millones de su padre? La probable respuesta contradice el mensaje de “Mr. Link”. Pero eso es un debate de adultos, y los niños gozan con la película. Y encima, “Mr. Link” explica en términos sencillos la selección natural y rebate el creacionismo. ¡Chúpate esa, Trump!
10 / “Klaus”: animación española en la élite
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es una excelente película, independientemente de su origen (algo hemos aprendido de “Mr. Link”). Pero si hablamos de su origen, hay que decir que “Klaus” es un proyecto español, con directores, animadores y técnicos españoles… desarrollado, eso sí, con dinero de Netflix. Y el resultado demuestra que el talento no entiende de nacionalidades: “Klaus” ha sido un éxito rotundo en la plataforma digital, con 30 millones de espectadores en su primer mes. En Estados Unidos se ha convertido, por méritos propios, en un nuevo clásico del cine navideño. Y también merecidamente, fue nominada al Oscar de mejor película de animación.
LA ANIMACIÓN: “Klaus” es un caso excepcional entre las películas de dibujos animados. Fue dibujada a mano, en dos dimensiones, como la animación de toda la vida. Pero la iluminación de los planos fue realizada por ordenador, con las técnicas volumétricas de los dibujos animados en 3 dimensiones. Eso le da una profundidad y textura únicas, nunca vistas en otro film de su género. Y todo ello con unos costes globales de 40 millones de dólares: la cuarta o quinta parte de lo que cuesta un film de Disney. Netflix encantado… y los espectadores también.
11 / “El cuento de la princesa Kaguya”: nunca has visto (ni verás) nada igual
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque su estilo de animación va más allá del 2D, del 3D, de Disney o de Miyazaki. Producida también por Ghibli, pero dirigida por Isao Takahata, “El cuento de la princesa Kaguya” recrea el estilo de las acuarelas japonesas, con fondos blancos, profundidad sugerida por superposición, y evocando a los pergaminos en su desarrollo (quizá aquí habría que decir “desenrollo”). Con su singular y nada barato planteamiento estético, “Kaguya” costó 50 millones de dólares, convirtiéndose en la película más cara de la historia del cine japonés… y recaudando tan sólo la mitad de lo invertido. Nunca has visto nada igual, y probablemente nunca lo vuelvas a ver.
LAS CIFRAS: con esos 50 millones de dólares realizaron una pelicula de 137 minutos. Es la más larga de Estudios Ghibli, superando en 3 minutos a “La princesa Mononoke”. En 6 escenas, el padre adoptivo de la princesa tiene una voz diferente, porque el primer actor que dobló al personaje murió durante las grabaciones. En España tardó 3 años en estrenarse, con el distribuidor sin saber muy bien (aparentemente) cómo promocionar el film. ¿Es una película familiar, o es de arte y ensayo? Y 10 veces ha visto el autor de estas líneas “El cuento de la princesa Kaguya”, con su hija de 5 años. Sí, funciona perfectamente como película familiar.
12 / “Spider-Man: un nuevo universo”: bienvenidos al Spider-verso
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque las películas de dibujos animados pueden ser muy buenas viajando al pasado (de las acuarelas) pero también viajando al futuro. Porque esta entrega animada de “Spider-Man” viaja al futuro de la animación, conservando al mismo tiempo lo que de verdad hace buena a una película: un guión vibrante, divertido, entretenido, lleno de sorpresas y emoción. ¿Spider-Man y “sorpresas”, en la misma frase? Sí, es posible: pese a tantas y tantas películas y series del Hombre Araña, ésta nos trae algo nuevo. Literalmente, un Nuevo Universo.
EL NUEVO UNIVERSO: en el año 2000, Marvel Cómics lanzó la línea Ultimate, reiniciando sus personajes más icónicos y adaptándolos a los nuevos tiempos. Así, bajo la máscara de “Spider-Man” ya no estaba el fotógrafo de rasgos anglosajones Peter Parker, sino el adolescente portorriqueño entendido en informática Miles Morales. Ése es el nuevo universo que explora “Spider-Man: un nuevo universo”. Y lo hace con planteamientos formales más “urbanos”, y aprovechando las posibilidades de los multiversos “comiqueros”. Sin dejar de ser, por supuesto, nuestro querido “amigo y vecino“.
13 / “Mirai, mi hermana pequeña”: la madurez de Mamoru Hosoda
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque es la primera producción japonesa en ser nominada al Oscar de mejor película de animación, sin estar producida por Ghibli. Porque Mamoru Hosoda, autor también de “El niño y la bestia” (y de las muy estimables “Los niños lobo” y “Summers Wars”) , alcanza con “Mirai” su mayor perfección formal. Porque aborda el tema de los celos entre hermanos, sin miedo a mostrar las partes “feas” de la infancia (la envidia, la agresividad, el odio puntual). Y porque Mamoru Hosoda se inspiró en sus propios hijos, y en sus celos y envidias. Y eso se nota en una película llena de calor humano… y de humor, pese al drama y la seriedad de algunos pasajes.
LA CASA: el padre de Mirai y de su hermano mayor, Yukko, es en la película un respetado arquitecto. Y la espectacular casa en la que viven, edificada en pendiente y con plantas desiguales y desalineadas, fue diseñada por un verdadero arquitecto (Makoto Tanijiri) para dar a su diseño el máximo realismo. Pero no es lo único de este film que rezuma realismo: el padre cansado, la madre irascible, el niño superado por las circunstancias, el dolor de sentirse desplazado en los afectos… si Disney sabe siempre a algodón de azúcar, “Mirai” deja el regusto de la realidad. Amargo, pero edificante.
14 / “La canción del mar”: la otra genialidad de Tomm Moore
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque antes de “Wolfwalkers”, Tomm Moore ya nos deslumbró con esta otra película de animación tradicional, llena de tradiciones celtas. Porque “La canción del mar” avanza los celos entre hermanos que luego trató “Mirai”, pero con una perspectiva quizá más europea. Porque la música de Bruno Coulais es sencillamente maravillosa. Porque el diseño de personajes, los fondos, las transiciones y en general todos sus aspectos formales resultan hipnóticos. Porque no aturulla con un ritmo trepidante y deja espacio a la contemplación. Y sobre todo, porque a los niños les encanta.
LA TRILOGÍA CELTA DE MOORE: nacido en Irlanda del Norte en 1977, el militante Tomm Moore ha completado una (excelente) trilogía sobre la cultura celta, su mitología y sus tradiciones, y lo que queda de ellas en el mundo actual. “Wolfwalkers” es el cierre del trío y “La canción del mar” es su capítulo intermedio. Pero todo empezó con “El secreto del libro de Kells”: tan brillante como las otras dos, pero que ha quedado fuera de esta lista porque tienen pasajes tenebrosos que verdaderamente dan miedo a los niños. En ese sentido, “La canción del mar” es la película más familiar de la trilogía, y quizá el mejor capítulo para entrar en ella.
15 / “Nicky, la aprendiz de bruja”: si tienes a Miyazaki no necesitas ir a Hogwarts
POR QUÉ HAY QUE VERLA: porque podríamos haber hecho esta lista entera sólo con Estudio Ghibli y Hayao Miyazaki (al final hemos dejado sólo tres films del maestro, pero si empezamos con él, acabamos también con él). Porque utilizó la figura de una niña maga para hablar del paso de la infancia a la madurez, 8 años antes de que J.K. Rowling publicara la primera novela de Harry Potter (Miyazaki, no sólo maestro si no también visionario). Pero por encima de cualquier otra razón: porque si mi hija ha visto 10 veces “El cuento de la princesa Kaguya”, no puedo ni contar las veces que ha visto “Nicky”. Es su película favorita. Y le aplaudo el gusto.
EL NOMBRE: en su versión original, Nicky no se llama Nicky sino Kiki; en la versión española le cambiaron el nombre al personaje principal, para evitar chistes no precisamente infantiles. Pero peor fue el caso de “El castillo en el cielo” (1986), la anterior película de Miyazaki: el castillo flotante que da título al film lleva el nombre de… Laputa. Que en japonés sonará muy bien, pero en castellano suena tacomente mal. Y encima el nombre aparece escrito en pantalla, en un montón de planos, así que no había forma humana de cambiarlo. Por suerte para Ghibli, no tuvieron ese problema con Kiki. Perdón, con Nicky. ¡Taco!
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Fuente: https://www.sesiondoble.com/peliculas-de-dibujos-animados-que-no-son-de-disney/