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sábado, 30 de agosto de 2025

Monstruos mitológicos de la Península Ibérica


¡Al fin ha aparecido el lagarto de Jaén! 


Fuente: https://mapasmilhaud.com/mapas-curiosos/los-monstruos-mitologicos-de-la-peninsula-iberica-2023/

jueves, 7 de agosto de 2025

Historia del derecho a las vacaciones pagadas como conquista obrera en España



En estos tiempos en los que se deslizan mensajes sobre el exceso de vacaciones en nuestro país y que habría que imitar supuestos ejemplos de otros lugares, recordamos la historia de la conquista obrera de las vacaciones pagadas, y que tienen su gran momento con la decisión que tomó el Gobierno del Frente Popular francés a través de los Acuerdos de Matignon de 1936, que tratamos monográficamente en Nueva Tribuna.


  1. El inicio de las vacaciones pagadas
    • Argumentos sobre las ventajas de las vacaciones pagadas (1926)
      • Análisis socialista sobre las vacaciones retribuidas para los trabajadores (1929)
        • El derecho a las vacaciones pagadas hacia 1930
          • El inicio de las vacaciones pagadas por ley 1931
          • La dictadura las mantiene pagadas
          • Blindadas por Constitución 1978
          • Conclusión

          El inicio de las vacaciones pagadas

          Ante la discusión en 1923 en el Instituto de Reformas Sociales sobre el artículo relativo a los nueve días al año de vacaciones retribuidas en el contrato de trabajo, y el revuelo que eso provocó entre la clase patronal, los socialistas decidieron investigar qué se hacía en el mundo al respecto, y publicar esos datos para el conocimiento general y, lógicamente, en apoyo de los vocales obreros.

          Después de la Gran Guerra comenzó a reconocerse el derecho a vacaciones retribuidas en distintos lugares.

          En primer lugar, en el Reino Unido más de cien contratos colectivos o convenciones entre patronos y trabajadores habían acordado las vacaciones retribuidas, y con arreglo a la legislación de dicho país, había sido comunicados al Ministerio de Trabajo.

          La mayoría de estos contratos colectivos establecían que debían ser pagados los salarios por los días de fiesta legales, y además para un cierto número de días, que variaba entre tres o doce al año. Generalmente, se establecía como condición para el disfrute de este descanso anual cierta antigüedad en la empresa, entre seis y doce meses. Había casos, además, en los que el número de días de descanso retribuido variaba en función del número de años que el obrero llevase en la empresa.

          El descanso retribuido estaba más extendido en Alemania. Al parecer, el 72% del número total de contratos colectivos, y que afectaban al 86% del total de trabajadores, contenían cláusulas relativas a la vacación retribuida. La duración del descanso anual en Alemania era de unos tres días en el 50% de los casos, y luego había un 41% de contratos que establecían vacaciones de hasta seis días.

          En Austria, por su parte, la ley sobre descansos retribuidos a los trabajadores marcaba una semana de vacaciones cuando el trabajador llevara un año en la empresa, y de dos semanas cuando se llevasen más de cinco años.

          En Italia, las vacaciones pagadas se aplicaban ya en las grandes empresas. El descanso era de seis días en las industrias química, metalúrgica y textil, y aumentaba al doble en las empresas del gas, electricidad y en las imprentas. Era un derecho para trabajadores con un año de servicio, aunque había casos en los que solamente era necesario haber cumplido seis meses.

          En Checoslovaquia había un decreto gubernamental que iba a ser presentado en el parlamento. El decreto preveía vacaciones anuales pagadas para los obreros de la industria, el servicio doméstico y los aprendices, después de un año de servicios ininterrumpidos. Las vacaciones iban a ser de seis días laborables para los obreros con menos de un año de antigüedad, y de doce para los que llevasen más de diez años con el mismo patrono.

          Hemos trabajado con el número del 28 de junio de 1923 de El Socialista. 

          Argumentos sobre las ventajas de las vacaciones pagadas (1926)

          El Socialista publicaba un artículo de E. Ryser desde Ginebra en julio de 1926 en el que el autor consideraba que la cuestión de las vacaciones pagadas para los asalariados era una de las reivindicaciones inmediatas de los obreros organizados y, por lo tanto, para ayudar a los que luchaban por este derecho y “necesidad social”, ofrecía argumentos. Para ello se basaba en las actas de los “Derechos del Hombre” de M. Maurice Millaud, hijo del economista y profesor de Economía política en la Universidad de Ginebra.

          En primer lugar, el autor consideraba que las vacaciones pagadas a los obreros debían ser una medida urgente a tomar, en función de una concepción moderna sobre las relaciones entre el capital y el trabajo, en un sentido más equitativo en relación con el reparto de su colaboración, y en función de derechos y necesidades recíprocas. Por eso parecía un deber asegurar una existencia conveniente a los trabajadores.

          El informe recordaba la importancia de la legislación obrera como instrumento para poner término a los abusos que se cometían en el ámbito productivo, citando algunas de las disposiciones más importantes. Pero la política social no solamente debía tener una función protectora, sino que debía cumplir otros objetivos, y en relación con la previsión. Y así había surgido una política social constructiva que limitaba la jornada laboral, y había puesto en marcha los seguros sociales.

          Partiendo de este preámbulo o contexto, el autor afirmaba que empleados, funcionarios, comerciantes e industriales disfrutaban de vacaciones, pero no los obreros. Solicitar que se estableciesen permisos anuales pagados suponía un ejercicio de equidad y de justicia, es decir, se relacionaba con un derecho que no poseían los trabajadores.

          Hemos trabajado con el número del 27 de julio de 1926 de El Socialista.

          Análisis socialista sobre las vacaciones retribuidas para los trabajadores (1929)

          El Socialista realizó un análisis sobre las “vacaciones obreras pagadas” en agosto de 1929 que rescatamos en este trabajo porque nos aporta información no sólo en relación con la postura socialista sino sobre la situación de esta reivindicación del movimiento obrero internacional a finales de los años veinte, en vísperas de la gran crisis.

          El artículo de “Las vacaciones obreras pagadas” venía encabezado por una clara declaración: “El derecho del descanso”. La cuestión de las vacaciones pagadas derivaba, en nuestra opinión, de la anterior reivindicación internacional de las jornadas de las ocho horas, al reclamar, ocho horas para el trabajo, ocho para el descanso y ocho para el ocio. Ahora se trataba de ampliar el derecho al descanso y al ocio de la clase trabajadora, una reivindicación que terminaría por ser conquistada, y que ya existía en algunos lugares y sectores económicos en 1929. También habría que aludir al derecho anterior del descanso dominical, cuestión que en España generaría no pocas polémicas, con intervenciones del Instituto de Reformas Sociales, y denuncias del movimiento obrero por su incumplimiento, como pone de manifiesto la consulta del propio periódico El Socialista.

          “Nada más legítimo que este descanso de las clases laboriosas” rezaba el artículo, sobre la reivindicación de conseguir unos días de descanso anualmente, pero con el abono correspondiente del salario. Una reivindicación que recordaba que las denominadas clases improductivas gozaban de dicho derecho cuando llegaba el calor.

          Ya en el siglo XIX podemos detectar reivindicaciones en este sentido, pero hay que esperar al siglo siguiente para que se convirtieran en derecho y comenzara a generalizarse. La cuestión ya había sido tratada en la Federación Sindical Internacional y por las centrales sindicales de cada país, formando parte del programa de la OIT. Los socialistas españoles vaticinaban que las vacaciones pagadas no tardarían en imponerse, una premonición relativamente cumplida, como veríamos en el caso del Frente Popular francés en 1936, pero que tardaría muchísimo más para el caso español.

          El periódico obrero socialista hacía un repaso de dónde se había conseguido aprobar las vacaciones pagadas, aunque en determinados sectores económicos, y también en el ámbito de los contratos colectivos. En el caso concreto español se hablaba del contrato de los empleados de comercio madrileño, que permitía disfrutar de quince días de vacaciones pagadas, y el de los periodistas con veinte días de descanso anuales. Por fin, también habían conseguido las vacaciones pagadas los ferroviarios, unos trabajadores especialmente combativos.

          Por otro parte, el artículo ofrece una información interesante sobre la cronología de este asunto, descubriendo que, por ejemplo, en los Países Bajos a la altura de 1929 disfrutaban de este derecho el 76% de los trabajadores.

          Hemos consultado el número 6406 de El Socialista, e insistimos sobre su lectura para los interesados en este tema por la información concreta que aporta de los distintos países, sobre su situación legal en la materia, y sobre los contratos.

          El derecho a las vacaciones pagadas hacia 1930

          En el período de entreguerras se discutió mucho sobre el derecho a las vacaciones pagadas. En junio de 1930 el periódico socialista español teorizó al respecto partiendo del hecho de que se consideraba que los trabajadores pasaban por ser “excesivamente exigentes”, porque siempre se encontraban pidiendo, reclamando. Era una gran verdad, pero en la realidad no se ofrecía nada; todo lo que se había conseguido había costado trabajo adquirirlo.

          Una de las reclamaciones, consideradas más justas, de los últimos años, según el diario, tenía que ver con el descanso anual remunerado, las vacaciones pagadas, pero la reclamación no se había coronado con el éxito. En este sentido recordemos la conquista de este derecho gracias al Frente popular francés unos años después.

          Al parecer, no se negaba la justicia de esta reclamación, pero no se contemplaba tomar la decisión de forma inmediata, ni por parte de los poderes públicos, ni por parte de la patronal.

          El artículo estaba escrito en vísperas del verano, y se aludía a que se llegaba a una época del año en el que eran más apreciados los días de descanso, pero solamente podían disfrutarlos una parte de la sociedad, mientras que los asalariados de fábricas, talleres, almacenes y minas tenían que seguir esperando.

          Los trabajadores eran tan útiles, y su labor tan indispensable, que la suspensión de su esfuerzo era demasiado perjudicial para que se les considerase de otro modo que como seres “inferiores condenados a un automatismo embrutecedor”, además de ser espectadores resignados de la abundancia y de los placeres que su trabajo proporcionaba a los afortunados. El descanso solamente existiría en caso de enfermedad, de paro forzoso o cuando llegaba la muerte.

          Era un caso de egoísmo feroz, según la publicación socialista, de las clases privilegiadas, y contra esa situación había que reaccionar. Las vacaciones eran una necesidad para los trabajadores, de tipo psicológico (“moral”) y físico, frente al carácter de ostentación que tendrían las vacaciones para las clases inactivas.

          Era una batalla que necesitaba librar sin tregua la clase obrera. Lo pedía el propio instinto de conservación ante los modernos métodos industriales, que estaban imponiendo una embrutecedora racionalización del trabajo y que no servían más que para explotar más intensamente que antes al trabajador, y aumentar las ganancias para el patrono.

          (Hemos empleado de fuente el número 6671 de El Socialista de 26 de junio de 1930).


          GUILLERMO HERNÁNDEZ (RNE)

          España se convirtió en 1931 en uno de los primeros países en reconocer las vacaciones remuneradas. La medida entró en vigor con el BOE del 22 de noviembre de 1931, que plasmaba la aprobación de la Ley de Contrato del Trabajo, un texto en el que por primera vez se reconocían las vacaciones pagadas como un derecho.

          Con la norma, los asalariados de la España de principios de los años 30 pasaban a tener siete días de descanso retribuido al año. Eran los primeros pasos de una Segunda República presidida en ese momento por Manuel Azaña y que contaba con Francisco Largo Caballero como Ministro de Trabajo, cargo que compaginaba con la secretaría general de la Unión General de los Trabajadores.

          Con este paso, España se convirtió en "uno de los países pioneros en reconocer las vacaciones pagadas para todos los trabajadores”, cuenta a RNE Manuela Aroca, historiadora de la Fundación Largo Caballero y profesora de la Universidad Carlos III. Añade que, pese a ello, fue difícil que la ley se cumpliera a rajatabla por la informalidad de sectores como la agricultura, que por entonces tenían mucho peso.

          “Se escogía a diario quiénes iban a ser los trabajadores que iban a ser jornaleros, y eso desde luego introducía una precariedad muy importante en el mercado de trabajo”, señala Aroca. Las vacaciones pagadas formaron parte de un primer paquete de medidas introducidas durante la Segunda República donde, además, se establecía un salario mínimo, la jornada de ocho horas o la regulación de la negociación colectiva.


          La dictadura mantuvo las vacaciones pagadas

          El Fuero del Trabajo, algo así como la legislación laboral que Francisco Franco promulgó tras el Golpe de Estado, mantenía el reconocimiento de las vacaciones pagadas, “aunque no especificaba de cuánto periodo podían disponer los trabajadores”, explica Manuela Aroca. Ya en 1965, la dictadura estableció en 15 los días que los trabajadores podían descansar de manera remunerada.

          “España fue uno de los países pioneros en reconocer las vacaciones pagadas para los trabajadores“

          “Habría que esperar a que termine el franquismo, hasta el año 1976 para que se reconocieran tres semanas. Fue un proceso muy lento, a pasar del impulso inicial que hubo en la República”, añade.



          Blindadas por la Constitución del 78

          Con la democracia de vuelta y la redacción de la Constitución del 78, el derecho a las vacaciones pagadas quedaba blindado. A día de hoy los trabajadores pueden disponer de 30 días naturales o de 22 laborables de descanso retribuido. Sin embargo, no es una norma extendida en todas las economías desarrolladas.

          En Estados Unidos, por ejemplo, no se considera un derecho y queda en manos de las empresas la decisión de pagar las vacaciones de sus empleados. “Todo es susceptible de empeorar, […] hemos visto retrocesos en general en algunos de los derechos esenciales en el mundo del trabajo...”, advierte la historiadora de la Fundación Largo Caballero, Manuela Aroca.



          Conclusión

          Como nota final cabe destacar que en España, el derecho a vacaciones pagadas fue establecido por el gobierno de la Segunda República en 1931, mediante la Ley de Contrato de Trabajo. Esta ley, promulgada el 22 de noviembre de ese año, reconocía por primera vez el derecho a vacaciones pagadas para todos los trabajadores asalariados. Anteriormente, en 1918, los funcionarios públicos habían recibido este derecho a través de un real decreto. 

          El gobierno republicano, bajo el liderazgo de Manuel Azaña, impulsó esta medida como parte de una reforma social más amplia. El ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero, fue una figura clave en la implementación de esta ley. 

          Inicialmente, la ley establecía un período de vacaciones pagadas de siete días al año, aunque su aplicación efectiva fue difícil, especialmente en el sector agrario. Con el tiempo, el derecho a vacaciones pagadas ha evolucionado, ampliándose a 15 días en 1965 y finalmente a 30 días naturales (22 laborables) con la Constitución de 1978. 

          ¨Estas vacaciones se tratan de un derecho social fundamental conquistado por las clases subalternas, y no un regalo graciosamente otorgado por nadie.¨


          Fuentes: 

          https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/derecho-vacaciones-pagadas-como-conquista-obrera/20250804160714241145.html

          https://www.rtve.es/noticias/20211122/90-anos-vacaciones-segunda-republica/2232380.shtml

          martes, 5 de diciembre de 2023

          Mapas y gráficos para entender mejor el conflicto entre Israel y Hamás

           

          Guerra entre Hamás e Israel
          Cartografía Geopolítica Oriente Próximo y Magreb

          12 mapas para entender la guerra entre Israel y Hamás

          La guerra de Gaza se enmarca dentro de la disputa árabe-israelí, un conflicto con más de siete décadas de historia y numerosos enfrentamientos

          La nueva guerra de Gaza que comenzó el pasado 7 de octubre ya ha dejado, en algo menos de dos meses, más de 16.000 muertos —15.000 palestinos y 1.200 israelíes— y 1,7 millones de desplazados. Se trata del quinto conflicto a gran escala que viven en este estrecho territorio en apenas 17 años, desde la victoria de Hamás en 2006, pero también se encuadra dentro de un enfrentamiento más amplio y duradero, el árabe-israelí, enquistado durante más de siete décadas y que hunde sus raíces en la propia creación del Estado de Israel y en la limpieza étnica de la Palestina histórica tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

          El plan de partición de la ONU

          El final de la IIGM supuso también el desmoronamiento de los imperios coloniales europeos y sus dominios de ultramar. Tras varios lustros de intensa migración judía hacia Oriente Próximo promovida por el sionismo primigenio, en octubre de 1947 la ONU presentó su plan de partición del Mandato británico de Palestina, que ya desde un primer momento mostraba un balance asimétrico e injusto: a pesar de que en aquel momento apenas representaban un tercio del total de la población de Palestina, los judíos recibían el 56% del territorio, mientras que el resto de habitantes —de mayoría musulmana— tenían que conformarse con el 43%.

          Mapa del plan de partición de la ONU para Palestina

          La creación del Estado de Israel y el inicio de siete décadas de conflicto

          El mundo árabe, encabezado por países como Egipto, Jordania y Siria, no aceptó la propuesta presentada por la comunidad internacional y tras la creación de Israel en mayo de 1948 estalló la primera guerra árabe-israelí. En las siguientes décadas estallarían varios conflictos más, como la guerra de los seis días en 1967 y la del Yom Kipur en 1973, que acabarían con el mismo resultado: la victoria israelí y el fortalecimiento del plan de ocupación y anexión de los territorios palestinos.

          La Franja de Gaza y Cisjordania, entre la ocupación y el aislamiento

          El plan de ocupación israelí encuentra su máxima expresión en el territorio de Cisjordania, donde el Estado hebreo ha construido decenas de asentamiento ilegales desde 1967. Los Acuerdos de Oslo de 1993 no frenaron el plan de anexión, e incluso en 2002 Israel comenzó a levantar un muro en el territorio ocupado que ha acelerado la fragmentación del territorio y restringido la movilidad de los palestinos.

          Mapa Cisjordania

          La Franja de Gaza, por su parte, estuvo ocupada por Israel entre los años 1967 y 2005, cuando el primer ministro israelí Ariel Sharon decidió acabar con los asentamientos hebreos en el territorio palestino. Sin embargo, desde la victoria electoral de Hamás en 2006, el territorio ha vivido cinco guerras a gran escala entre el grupo islamista e Israel, que ha bloqueado la Franja por tierra, mar y aire. El enclave, convertido en una zona inhabitable según la propia ONU, es también el lugar donde más muertes de palestinos se contabilizan desde tiempos de la Primera Intifada (1989).

          El mapa del bloqueo de Gaza

          Bombardeos masivos en uno de los territorios más densamente poblados del mundo

          El brutal asedio puesto en marcha por Israel sobre la Franja de Gaza tras los sangrientos atentados de Hamás ha acabado con la vida de miles de civiles y ha destruido gran parte de la infraestructura de la zona norte del territorio, uno de los más densamente poblados del mundo. Ya desde mucho antes de la nueva guerra la situación allí no era sencilla: el 40% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza y el 71% de sus más de dos millones de habitantes tiene la consideración de refugiados por la ONU.

          El mapa de la densidad de población en Israel y Palestina

          Unas fronteras sin paz

          Fuera de los territorios palestinos, el conflicto también sigue muy latente en la frontera norte de Israel, donde el Estado hebreo mantiene ocupados desde 1967 los Altos de Golán, una amplia franja de tierra reclamada por Siria y donde la ONU mantiene varias misiones de paz. Pese a esto, la zona más caliente de la región es la propia frontera de Israel con Líbano. Esta es la principal zona de influencia de Hezbolá, la potente guerrilla islámica que en el año 2000 logró expulsar a Israel del área que mantenía ocupada en el sur de Líbano desde 1982.

          El Eje de Resistencia contra Israel

          Líbano y Siria no son los únicos países y actores que aún mantienen una tensa relación con Israel. En los últimos años, de hecho, el llamado Eje de Resistencia ha sido el principal actor de confrontación contra Tel Aviv, con la que se ha enfrentado diplomática y militarmente en diferentes ocasiones. Esta organización informal incluye a los regímenes sirio e iraní, Hezbolá, las milicias chiíes de Irak, el movimiento de los hutíes en Yemen y las organizaciones palestinas de Hamás y la Yihad Islámica Palestina.

           Eje de resistencia ordenador

          La geopolítica de Israel

          Tras más de siete décadas en los que Israel se ha enfrentado con prácticamente todos los países de su entorno, la geopolítica del país se ha convertido en una de las más complejas del mundo. La explotación de los recursos hídricos y energéticos, pero sobre todo el uso de la fuerza militar para dominar el territorio, son algunos de los elementos más importantes que configuran la política y la estrategia del país.

          Israel y el negocio de la guerra

          Las numerosas guerras que ha mantenido Israel desde 1948, junto con el inquebrantable apoyo que ha recibido de Estados Unidos, han conducido también a que el Estado judío se convierta en una de las grandes potencias militares del mundo y en uno de los grandes comerciantes de armamento. En 2022, de hecho, fue el noveno mayor importador de armas del globo y el décimo exportador.

          Comercio armas Israel

          El conflicto en la esfera internacional

          El histórico conflicto entre Israel y Palestina es también uno de los más divisivos en el ámbito de la diplomacia internacional. A día de hoy, ambos países cuentan con un reconocimiento limitado a nivel global, aunque Israel, gracias a su potente lobby y sus redes de presión, ha conseguido extender su influencia de forma más efectiva: 164 de los 193 países de la ONU reconocen al Estado israelí, mientras que en el caso palestino la cifra solo llega a 136.

          Reconocimiento en el mundo de Israel y Palestina

          En los últimos años, además, Israel ha conseguido tender importante puentes con Oriente Próximo y el mundo árabe, con el que ha mantenido una relación histórica tensa y beligerante. Sin embargo, la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020 entre Israel y Emiratos Árabes Unidos supuso un punto de inflexión en el reconocimiento del Estado hebreo: desde entonces, Baréin, Sudán y Marruecos han reconocido al país, mientras que Arabia Saudí, Catar y Omán han establecido contactos diplomáticos con Tel Aviv.

          Relaciones entre Israel y el mundo árabe y musulmán

          Fuente: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/mapas-guerra-israel-hamas/