Un equipo de científicos chinos ha logrado un avance potencialmente revolucionario en el tratamiento de la ceguera genética utilizando el telurio, un mineral tan raro como el platino, para crear una retina artificial que no solo devuelve la visión a primates ciegos, sino que además otorga una capacidad extraordinaria: ver luz infrarroja, algo imposible para el ojo humano normal.
El estudio, publicado el 5 de mayo en la prestigiosa revista de investigación Science, fue dirigido por Wang Shuiyuan, investigador del Colegio de Circuitos Integrados y Microelectrónica de la Universidad de Fudan en Shanghái. Los resultados abren un camino muy prometedor para tratar la ceguera en humanos, especialmente aquellos que sufren enfermedades degenerativas de la retina.
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Qué es lo que han inventado
El telurio es un elemento metaloide plateado-blanquecino extremadamente escaso en la corteza terrestre, con una rareza comparable a la del platino. China domina la producción mundial de este mineral —como no— generando aproximadamente el 76% del telurio mundial según el Servicio Geológico de Estados Unidos: unas 750 toneladas métricas en 2024.
Este elemento semimetálico posee propiedades fotoeléctricas excepcionales que lo convierten en un material ideal para aplicaciones optoelectrónicas. Su capacidad para convertir tanto la luz visible como la radiación infrarroja en energía eléctrica sin necesidad de baterías lo hace único. Con una densidad de 6,24 g/cm³ y un punto de fusión de 449,51°C, el telurio presenta una estructura cristalina hexagonal que contribuye a sus extraordinarias propiedades semiconductoras.
El equipo de Wang utilizó un proceso de deposición química para fabricar nanohilos de telurio de apenas 150 nanómetros de grosor —diez veces más delgados que un cabello humano— y posteriormente controló su crecimiento para formar redes de nanohilos de telurio (TeNWN), que funcionan como nano-andamios retinianos.
Estas redes de nanohilos generan fotocorrientes de hasta 30 amperios por centímetro cuadrado, la más alta registrada para cualquier material de prótesis retiniana, y responden a longitudes de onda desde la luz visible hasta 1.550 nanómetros en el espectro infrarrojo cercano, superando ampliamente el rango de enfoques anteriores.
La implantación de estos dispositivos en ratones genéticamente ciegos produjo resultados sorprendentes. Los animales comenzaron a recuperar los reflejos pupilares y la capacidad de localizar fuentes de luz apenas un día después de la cirugía. Durante las pruebas de reconocimiento de patrones, los ratones implantados no solo recuperaron la visión normal, sino que superaron a los ratones sanos cuando se trataba de detectar luz infrarroja, algo completamente invisible para los ojos de mamíferos como los humanos.
"Los ratones con implantes lograron tasas de respuesta correcta de aproximadamente el 67% al detectar señales infrarrojas, en comparación con sólo el 12% de los ratones normales", explica Eduardo Fernández, antropólogo biológico de la Universidad de Yale y miembro de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, quien escribió un comentario en el mismo número de Science.
Sin complicaciones y con superpoderes
Lo que hace verdaderamente potencialmente revolucionaria esta tecnología es su simplicidad y biocompatibilidad. A diferencia de las prótesis retinianas actuales, que requieren fuentes de alimentación externas, cámaras y módulos de control voluminosos, el dispositivo basado en TeNWN funciona de manera autónoma, sin necesidad de energía exterior.
La prótesis se implanta mediante un procedimiento subretiniano mínimamente invasivo y reversible, sin necesidad de gafas voluminosas o cargas eléctricas. "La nanoprotesis genera fuertes fotocorrientes para activar el circuito retiniano restante en un ojo disfuncional, funciona a través de un simple procedimiento de implantación subretiniana y evita componentes voluminosos intra y extraoculares", señalan los investigadores.
Cuando se probó en macacos ciegos, no provocó complicaciones y demostró ser biocompatible a largo plazo. Más sorprendente aún, cuando se implantó en macacos con visión normal, aumentó su sensibilidad a la luz infrarroja sin afectar su visión normal, abriendo la posibilidad de expandir las capacidades visuales humanas más allá de sus límites biológicos actuales.
Este avance podría beneficiar potencialmente a los 200 millones de pacientes en todo el mundo que viven con ceguera o enfermedades retinianas. En pacientes con enfermedades oculares graves —como la degeneración macular— la visión infrarroja podría, en principio, ayudar a la visión en condiciones de poca luz y oscuridad.
El mismo laboratorio de la Universidad de Fudan desarrolló en 2023 la primera retina artificial compuesta por matrices de nanohilos de dióxido de titanio, que restauró la función visual en modelos de ratones ciegos y primates no humanos. Los ensayos clínicos basados en ese nanohilo de 2023 ya están en marcha en hospitales afiliados a la Universidad de Fudan, aunque aún no hay información disponible sobre posibles ensayos clínicos en humanos para el nanohilo TeNWN. "La metodología desarrollada por Wang ofrece el potencial para desarrollar una nueva generación de dispositivos capaces de convertir la luz en señales de estimulación neural y restaurar una visión limitada pero útil a muchas personas ciegas", afirma Fernández.
Implicaciones estratégicas y económicas
El dominio de China en la producción de telurio tiene importantes implicaciones geopolíticas y económicas. El país asiático no solo es el mayor productor mundial, sino también el mayor consumidor de este mineral estratégico. En febrero de 2025, China anunció nuevas restricciones a la exportación de telurio y otros elementos vitales para la tecnología de vanguardia y militar en respuesta a los aranceles impuestos por la administración Trump.
El telurio juega un papel cada vez más importante en diversas industrias emergentes estratégicas, como el enfriamiento termoeléctrico de semiconductores, las células solares y la detección infrarroja. Es clave para la fabricación de células solares de telururo de cadmio (CdTe), que representan la segunda tecnología fotovoltaica más común en el mundo después del silicio.
Las previsiones indican que la demanda de telurio alcanzará entre 8.782 y 12.957 toneladas para 2050, impulsada principalmente por la industria fotovoltaica. Este nuevo avance en aplicaciones médicas sólo aumentará la importancia estratégica de este mineral, consolidando aún más la posición de China en otra cadena de suministro más.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2025-06-20/telurio-implante-chino-nanotecnologia-devuelve-vista_4155322/
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